Condona que algo queda

Publicado el 28 de febrero de 2025, 8:43

Esto de la condonación de la deuda siempre me ha sonado a una versión financiera del ‘póntelo, pónselo’. Sin duda, la propuesta del Gobierno a las comunidades autónomas encerrará unos criterios técnicos de calado, pero en este país, cuna del sainete, se ha convertido en cumbre del género.

Así, los representantes de Hacienda del PP, abrumadora mayoría en el poder regional, tuvieron a bien posar en unas escaleras, cual Sabandeños de la cosa fiscal, para mostrarse airados (no todos ya que alguna consejera exhibió una envidiable sonrisa Profidén como si estuviera en los Goya) contra la decisión de Moncloa de perdonarles unos 83.000 millones de nada.

Eso sí, aguantaron una hora de reunión con la ministra que, como jornada laboral respecto al sueldo que perciben o trincan, depende del desempeño, no parece tampoco una marca muy competitiva. La gracia está en que pese a esta desbandada tampoco está muy claro que, a la hora de la verdad, vayan a hacer ascos al ‘simpa’.

Ejemplo preclaro ha sido el presidente gallego que, acaso llevado por el tópico asociado a su tierra, vino a decir que la quita es un ‘negocio ruinoso’, pero se escaqueo de decir si, así y todo, su comunidad se va a apuntar. Se limitó a evocar a cualquier descuartizador que se precie con un “vamos por partes” que no aclara absolutamente nada. Objetivo cumplido.

 

Claro que tampoco está nada mal como complemento de la trama del sainete que estas decisiones vayan a rebufo de una nueva excursión a Suiza de los enviados especiales del Gobierno para rendir pleitesía a un sujeto del pelaje, nunca mejor dicho, de Puigdemont. Luego se podrán negar todo lo que se quiera las sospechas de trueque, pero que tienen fundamento no hace falta que lo diga ni Arguiñano.